Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
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Hace ya algunos años, en los comienzos de este blog, publiqué una entrada, breve y muy concisa, en la que seleccionaba las principales joyas de la Prehistoria y Edad Antigua en Galicia (click). Salían a colación en aquel pequeño post el torques de Burela, el tesoro de Caldas, el dolmen de Dombate, o algunos castros singulares como el de Viladonga, Santa Tegra y Baroña. Pero si una joya sobresale por encima de todas, ésa es el castro de San Cibrao de Lás (San Amaro, Ourense), en la actualidad conjunto de yacimiento y museo conocido como Parque Arqueolóxico da Cultura Castrexa.
Tuvieron que pasar muchos años para que, por fin, surgiese la oportunidad de visitar un lugar tan especial, sempiterno miembro en mi lista de excursiones pendientes. Pero durante mi estancia orensana no hubo dudas: esa excursión iba a ser prioritaria, merecedora de un buen reportaje en mariaberini.es. Por suerte, a pesar de realizar la visita en los meses más duros del invierno, un tiempo fantástico nos acompañó durante toda la jornada. Bajo el sol recorrimos con calma el yacimiento y pudimos dedicarle un tiempo al museo, leyendo sus explicaciones y observando las distintas piezas que en él se exhiben.
Como la Arqueología es una ciencia en constante actualización, máxime si hablamos de un yacimiento de estas dimensiones, no ha sido fácil sintetizar con rigor toda la información que se podría dar sobre el castro de San Cibrao de Las. Sirva esta entrada como evocador resumen, que lleve al viajero hasta tierras orensanas para conocer este gran tesoro. Al final de la entrada, recojo en una lista la bibliografía consultada.
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De yacimiento a parque arqueológico
Como acabo de señalar, el castro de San Cibrao de Las es uno de los yacimientos más destacados de nuestra tierra, por su tamaño, singularidad y reconocimiento. No sólo está catalogado como BIC, sino que es cabecera de un importante proyecto de difusión patrimonial impulsado por las administraciones públicas: la Rede Galega do Patrimonio Arqueolóxico (RGPA). Esta estrategia innovadora en la conservación, protección, investigación y divulgación del patrimonio se sustenta en la creación de los llamados Parques Arqueológicos, centro integrales que garantizarían el cumplimiento de esas funciones.
El Parque Arqueolóxico da Cultura Castrexa (PACC), protagonista de la entrada de hoy, fue el primero en levantarse dentro de la RGPA, y se completaría con la creación de otros tres parques dedicados al megalitismo, al mundo romano y al arte rupestre. Desde su nacimiento aspira a ser modelo de protección y conservación, instrumento de divulgación e investigación y, muy interesante este dato, recurso para el desarrollo del entorno rural en el que se ubica.
Dentro del PACC no sólo nos encontramos con el Castro de San Cibrao de Las, sino que el parque también ampara otros yacimientos próximos, como el paleolítico da Chaira, los túmulos megalíticos, los petroglifos, el castro de Ourantes y el de San Trocado, y otros de tipo romanos. En este entrada me centraré en el castro de San Cibrao de Las, por ser la joya principal del conjunto.
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Resumiendo brevemente la historia de las excavaciones, comenzamos nuestro viaje en el año 1922. Con total intención, en la bibliografía recogida al final de entrada incorporo un artículo firmado por una figura senlleira de la arqueología en Galicia: Florentino López Cuevillas. Miembro del llamado Grupo Nós / Xeración Nós, López Cuevillas fue pionero en el estudio de este castro orensano, «a cibdade», como él refería, de San Cibrao de Las. Resultado de sus primeros trabajos fueron los artículos publicados en mi querida y admirada Revista Nós. En el número 10 de esta publicación aparecen recogidas las conclusiones de esos primeros hallazgos –y qué emoción tan grande poder disfrutar en la actualidad de dicho testimonio–. El museo del Parque Arqueológico da Cultura Castrexa le dedica, muy merecidamente, un espacio, presidido por la ya clásica fotografía de López Cuevillas, en San Cibrao, junto a su amigo y compañero galeguista, Vicente Risco. Esas primeras intervenciones se prolongaron desde 1922 hasta 1925, pero a partir de esta fecha cae en el olvido, y no se retomarán las excavaciones hasta el período comprendido entre 1948 y 1950. A cibdade sufrirá un deterioro progresivo a causa del constante expolio vecinal desde mediados de siglo hasta 1969, cuando por iniciativa de Ferro Couselo se consiguen detener esos ataques. No se desarrollarán más intervenciones hasta la década de los 80 y 90, cuando se suceden las actuaciones más significativas y determinantes. En el año 2000, con el comienzo del siglo, la Xunta de Galicia, tomando las riendas, impulsa el ambicioso proyecto de RGPA al que ya nos hemos referido.
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De paseo por el castro de San Cibrao de Las
Visitar el PACC requiere desplazarse a propósito hasta la zona, y la visita es larga si hablamos de tiempo, pero vale la pena. En nuestro caso, la visita comenzó con un paseo por el yacimiento, que se puede realizar de forma libre. Paneles explicativos se reparten en diferentes puntos destacados, tratando de que el visitante elabore un mapa mental de lo que fue el castro en su momento y pueda identificar sus diferentes partes. Levantado, como era costumbre por motivos estratégicos, en el punto más alto de una colina, las dimensiones del castro de San Cibrao de Las exigen un esfuerzo extra para ser quien de asimilar toda la información. Y es que insisto en la idea con la que comenzaba esta entrada: el yacimiento orensano es una joya que difícilmente admite comparaciones. Su valía y singularidad van unidas a la complejidad de su estudio: murallas, barrios, viviendas singulares, puertas de acceso…
Se podría decir que la singularidad de a cibdade viene dada por ser un castro de gran tamaño, fuertemente romanizado, con una urbanización de tipo octogonal, que le ofrece al visitante un destacado entramado de calles y barrios, y que se cierra con una impresionante fortificación, a base de varias líneas de murallas y múltiples fosos. Desde el punto de vista geográfico, se levanta en un promontorio formado por afloramientos graníticos, en la intersección de los ríos Miño y Barbatiño. Esta ubicación permitía un dominio visual de todo el entorno, favorecido además por la amplitud de la planicie donde se levantan las construcciones.
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Con una superficie de 10 hectáreas, el yacimiento se divide en dos recintos concéntricos más un complejo sistema de fosos y murallas, entre otros elementos singulares, que resumo a continuación:
– LA CROA. Se trata del recinto más interior –aunque sólo representa un 10% del total de la superficie–, está amurallado y cuenta con dos puertas de acceso. Las viviendas que en ella se encuentran están aisladas entre sí.
– EL SEGUNDO RECINTO. Es el principal espacio habitacional, fuertemente delimitado y defendido por variedad de murallas y fosos. Cuenta con tres puertas de entrada –este, oeste y sur– y sus respectivos cuerpos de guardia. Amplias avenidas separan las murallas de sus viviendas.
– EL EJE CENTRAL. Una amplia calle conecta las puertas de los dos recintos. En paralelo, a ella, se disponen otras más estrechas que subdividen radialmente los diferentes barrios.
– LAS VIVIENDAS FAMILIARES. Una vivienda familiar está constituida por varias construcciones agrupadas alrededor de un patio. Cada familia organizaba los espacios en función de sus necesidades: cuarto, cocina, almacén, taller…
– LA FUENTE-ALJIBE. Se trata de una interesantísima construcción con finalidad de depósito de agua, articulada a través de unas escaleras.
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Durante las múltiples campañas de excavación se encontraron materiales muy variados, como restos cerámicos –ollas, vasijas, jarras–, piezas de bronce –fíbulas, agujas–, armas, etc.
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Infraestructuras del PACC: el centro de interpretación
La construcción del PACC fue sacada a concurso –e incluso se organizó una exposición con todos los anteproyectos, en el año 2003, ubicada en el Centro Galego de Arte Contemporánea–. El resultado deseado era una compleja infraestructura que contase con centro de Interpretación, centro de investigación y albergue juvenil. En esta entrada hablaremos del primero de los espacios, objeto de la visita.
El centro de interpretación dispone de más de 2900 m² de superficie y es el instrumento básico para la política de comunicación y difusión del PACC. Le ofrece todo tipo de comodidades y servicios al visitante –aparcamiento, recepción, aseos–, y cuenta con un proyecto museológico y museográfico que trataré de resumir a continuación.
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El proyecto de museo se sustenta en el rigor científico, el respeto al patrimonio y la adaptación a todo tipo de público –del especialista al familiar–. Se principal aportación es la exposición permanente, que ocupa la mayor parte del espacio. Piezas encontradas en las excavaciones, reproducciones de otras, maquetas, proyecciones audiovisuales, paneles informativos… Todo tipo de recursos se dan en el museo de San Cibrao de Las para ofrecerle al visitante una visión rigurosa, completa y amena de la cultura castrexa y del yacimiento orensano. Los contenidos toman como punto de partida la Historia –La Edad del Hierro en Europa–, para a continuación centrarse en la cultura castrexa del noroeste peninsular, tomando como ejemplo San Cibrao de Las: economía, organización territorial, el castro como modelo de hábitat, la vida cotidiana, sociedad y religión… El esfuerzo pedagógico es digno de elogio y no puedo describir con palabras la satisfacción que me produce visitar un espacio así. Espero que las fotografías hablen por sí solas.
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El centro de interpretación cuenta también con espacios destinados a albergar exposiciones temporales, como «Fondos Pétreos» del Museo Arqueológico de Ourense. Qué pena que una institución tan relevante, por su historia y el valor de su colección, como el Museo Arqueológico de Ourense siga cerrado al público, tantísimos años después –vergüenza da referir exactamente cuántos–. En la capital podemos disfrutar de una selección de sus mejores piezas en la muestra semipermanente «Escolma de escultura» junto al claustro de San Francisco. Pero la sorpresa fue encontrarnos con otra buena muestra de sus fondos en el museo del PACC. Con un buen criterio en la presentación, que seguía un orden cronológico, en esta exposición temporal se exhiben piezas que van desde miliarios romanos, esculturas medievales y otras piezas de datación posterior.
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Con ganas de seguir descubriendo el patrimonio de nuestra tierra, preparo mi siguiente parada: el Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre en Campo Lameiro (Pontevedra). Próximamente reportaje sobre petroglifos…
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Bibliografía
ÁLVAREZ GONZÁLEZ, Y. (2021). O castro de San Cibrao de Las. Raigame, n.º 46, pp. 21-33
CHAMOSO LAMAS, M. (1954). Excavaciones arqueológicas en la citania de San Cibrán de Lás y en el poblado y explotación minera de oro de época romana de Barbantes (Orense). Noticiario arqueológico hispano, t. 3-4, pp. 114-130
INFANTE ROURA, F. (2004). O parque arqueolóxico da cultura castrexa: bases para a súa formación. Santiago de Compostela: Dirección Xeral de Patrimonio Cultura
LÓPEZ CUEVILLAS, F. (1922). O castro “a cibdade” en San Ciprián de Las. Nós, boletín mensual da cultura galega, n.º 10, 12 y 13
LÓPEZ GÓMEZ, F. S. (1995). San Cibrán de Las: un castro a visitar cando abre o outono. Eco: revista do Arco Atlántico, n.º 53, pp. 96-97
VVAA (2014). Parque Arqueolóxico da Cultura Castrexa, Lansbrica, San Cibrao de Las: guía de visita. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia.
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