Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
–
Probablemente ésta sea la entrada más difícil que he tenido que elaborar hasta el momento. Difícil por el valor sentimental que me une al pazo (el pazo, sin más, como lo hemos llamado siempre). Toda una vida oyendo hablar de él día si día también, viendo como mi madre se ha volcado en su trabajo como responsable de la conservación y el mantenimiento de todos los exteriores desde hace más de 30 años. Atrás quedan los días que siendo muy pequeñitos íbamos a visitarla, para dar paso a visitas conscientes en las que disfrutar del maravilloso patrimonio natural y artístico de Mariñán.
–
–
Para documentarme, he utilizado un libro editado en 1998 por la Diputación Provincial de A Coruña: “El Pazo de Mariñán: plantas, jardines y paisaje”. Sus autores son Carlos Rodríguez Dacal y Jesús Izco Sevillano, quienes no dejaron de mencionar la labor de mi madre en una de sus páginas, lo cual a mí como hija me hace mucha ilusión leer cada vez que consulto el libro.
–
–
Muy acertadamente, la introducción de los autores comienza citando la estrecha relación de Galicia con los pazos señoriales, una de las señas de identidad de nuestra tierra.
–
«Galicia es un país de pazos, elementos patrimoniales artísticos por antonomasia de su medio rural. Del amplio muestrario ubicado en la provincia coruñesa, uno de ellos —Mariñán— se convierte en símbolo y bandera indiscutible»
Rodríguez Dacal e Izco Sevillano
–
–
El Pazo de Mariñán se sitúa en el municipio coruñés de Bergondo, concretamente en la parroquia de San Salvador, lugar de Mariñán. A su valor patrimonial se suma el impresionante entorno en el que se ubica: un lugar privilegiado junto a la ría de Betanzos, hasta tal punto que ésta parece ser de su propiedad. Destaca también su extensión, que supera los 170.000 metros cuadrados.
–
–
Un brevísimo repaso a su historia nos traslada al siglo XV, a sus orígenes como fortaleza. Al igual que la mayoría de los tradicionales pazos gallegos, en sus comienzos cumplía una función defensiva; era frecuente que estuviesen dotados de un torreón y otros elementos tipo. No es hasta el siglo XVIII cuando cambia su carácter y se convierte en palacio señorial, con finalidad residencial y de recreo. A esta época pertenecen algunos de los elementos más valiosos que se conservan en la actualidad, como las escalinatas y la balaustrada barroca. A partir de este momento la jardinería pasa a un primer plano, y prueba de ello es el maravilloso parterre de boj en el jardín principal. Tras más de 500 años en manos privadas, su último propietario, Gerardo Bermúdez de Castro, “o señor das Mariñas” o también conocido como “señor de Láncara”, dona el pazo a la Diputación de A Coruña con fines benéficos, según testamento de 1933.
–
–
En 1972, el Pazo de Mariñán se cataloga como Monumento Histórico-Artístico. Lo llamativo es que la etiqueta afecta tanto al edificio como a sus exteriores, pues lejos de lo que pueda parecer a primera vista, ambos tienen idéntico valor a nivel patrimonial. Poco tiempo después, en 1976, los en aquel entonces Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, inauguran el pazo tras una profunda remodelación, en la que se añadieron edificios para su fin como centro cultural; fin que se mantiene en la actualidad.
–
–
A grandes rasgos, en el Pazo de Mariñán se distinguen dos partes: los interiores y los exteriores.
–
–
Con interiores me refiero al edificio principal, los edificios de nueva construcción y la capilla. En el edificio principal destacan los impresionantes salones (como el salón azul o el salón rosa), decorados con interesante mobiliario acorde con el entorno y una importante colección de obras de arte (firmadas por autores del siglo XIX y XX, como Dionisio Fierros o Isaac Díaz Pardo). A nivel artístico, no hay que dejar de mencionar la escalinata de acceso y la balaustrada, como ya mencionaba arriba barrocas, del siglo XVIII. Lo grandioso del pazo de Mariñán se aprecia desde un primer momento, cuando se accede al mismo a través del maravilloso patio de armas.
–
–
En los exteriores podemos diferenciar varias zonas, fundamentalmente cinco. La primera de ellas es el embarcadero, con sus impactantes vistas de la ría. La segunda, probablemente la parte más conocida del pazo: su jardín principal, jardín de estilo francés, popularmente conocido como “laberinto”, formado por 16 cuadros con figuras geométricas de boj, agrupadas en cuatro partes. Este parterre está rodeado de dos bonitos parques donde se puede disfrutar de numerosos ejemplares catalogados como monumentales, como por ejemplo un madroño, mirtos arborescentes, catalpas, cipreses, fresnos y camelias, entre otros. Muy cerca del edificio principal, también merece mención el “jardín de la palabra”, creado en 1997, donde escritores como Camilo José Cela plantaron los árboles que hoy descansan plácidamente junto a una placa conmemorativa.
–
–
En tercer lugar, en Mariñán se puede disfrutar de un bonito paseo por el frondoso bosque, repleto de robles, especie típica de Galicia, que comparten espacio con avellanos, laureles y eucaliptos como las especies más abundantes. En cuarto lugar, los frutales y la zona agrícola, que conforman un lugar específico y diferenciado en el pazo desde principios de los 90 (creado con la idea de preservar variedades autóctonas de frutales de hueso y pepita). Y por último, existe una zona vivero cuya finalidad es la reposición.
–
–
El Pazo de Mariñán está abierto al público y se puede conocer también a través de visitas guiadas. Los horarios se consultan en el siguiente enlace. Si por algo es especial Mariñán frente a otros pazos de Galicia es por la peculiar combinación de edificio patrimonial, jardines geométricos, zonas boscosas y paisajismo junto a la ría. Se trata de una visita que no defrauda ni al menos sensible.
–
–
La Diputación Provincial de A Coruña es propietaria de más patrimonio, que se puede consultar en su catálogo web (click). Es el caso del Ecomuseo Forno do Forte de Buño, sobre el que escribí en esta entrada (click) y del dolmen de Dombate, del que hablé en ésta (click).
–
–
Entrada especialmente dedicada a mi madre. ¡Cómo no!
–
2 comentarios sobre “Pazos gallegos: el Pazo de Mariñán”