Cinco recorridos imprescindibles en Aveiro, la ciudad portuguesa de los canales

Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga

Con cierto retraso publico hoy un reportaje sobre Aveiro, la Venecia portuguesa, apodo que recibe por los famosos canales que recorren la ciudad. Siempre me marco el objetivo de elaborar las entradas cuando todavía está fresco todo lo vivido y aprendido durante el viaje, pero cuando se trata de ciudades no resulta fácil, ya que suelo acumular muchas fotografías y es bastante la información a resumir. Las ideas iniciales suelen ser muy ambiciosas y el resultado final –tardío– más pobre, aunque siempre con la mejor intención: la de ayudar a aquel viajero que proyecta una escapada a ese destino, o también a aquel que busca ideas para sus próximas aventuras.

Portugal, por compartir tanto con nosotros –bien daría esta cuestión para otra entrada–, es uno de mis destinos preferidos. Poco tiempo transcurre entre una ruta y la siguiente. Conocidas ya ciudades como Lisboa, Oporto, Braga, Guimaraes o Coimbra, pongo la mirada en otros lugares interesantes desde el punto de vista patrimonial, como Alcobaça, Évora, Batalha o Fátima. Mientras tanto, hoy es momento de hablar de Aveiro, el último abordaje.

Rara es la vez que no se cruzan en mis viajes inclemencias meteorológicas –¡incluso en destinos de sol!– y esta vez no iba a ser menos, pero por suerte duraron poco y la mayor parte de mi escapada estuvo protagonizada por un sol radiante que me permitió aprovechar el tiempo al máximo. De Aveiro había seleccionado 5 centros de interés, siguiendo el enfoque personal de esta página web, que representan lo más interesante de la ciudad y sus alrededores, los cuales paso a explicar brevemente.

Resumen de mi viaje a Aveiro en diez tomas

1. La arquitectura modernista de Aveiro: Arte Nova, belleza pura

Aveiro es la ciudad portuguesa por excelencia si de arquitectura modernista hablamos. Raro es encontrar a alguien que no caiga rendido ante este movimiento artístico tan exuberante y colorido, reflejado en edificios de líneas curvas, que combinan madera y forja y basan su decoración en motivos naturales. Su belleza y originalidad es indiscutible.

Sería imposible enumerar todas las construcciones modernistas que se pueden encontrar en Aveiro. Pasear por sus calles es tropezar a cada momento con un edificio digno de ser fotografiado, por lo que se puede hablar de una auténtica Ruta modernista. Tomadas durante caóticos paseos, sirvan de ejemplo las fotografías de esta entrada.

Pero si hay una parada obligada, ésa es la Casa Major Pessoa, hoy sede del Museu de Arte Nova. La huella de este movimiento artístico en la ciudad bien merecía contar con un espacio expositivo propio, y qué mejor manera de rendirle tributo que ubicar un museo específico en este edificio tan singular. ¿El más hermoso de Aveiro? Probablemente. Modernista es igualmente, aunque mucho más modesto, el edificio que alberga el hostel de la ciudad donde yo me alojé, nota romántica dándole mayor encanto al viaje.

Arquitectura por las calles de Aveiro

Casa Major Pessoa, sede del Museu de Arte Nova de Aveiro

    2. La ciudad de los canales y las fábricas de sal

    El primer paseo que el viajero realiza por Aveiro probablemente esté marcado por la estampa de los barcos moliceiros cruzando los canales. Esta escena se repite sin descanso a lo largo de todo el día, incluso cuando ya ha anochecido. Recorrer los canales a bordo de un moliceiro es, sin lugar a dudas, el plan que todo visitante realiza. Pero, a pesar de que en la actualidad sean un reclamo principalmente turístico, esta colorida embarcación tradicional recorre las aguas de la ciudad desde tiempos remotos, vinculada sobre todo a las actividades industriales de la ría de Averio. La economía de la ciudad estuvo siempre unida a la extracción y producción de sal, por lo que no es de extrañar que en el epicentro de la ciudad se levantaran esculturas en honor al Marnoto y a la Salinheira, hombres y mujeres que desempeñaban diferentes roles en el proceso productivo de este condimento. Las salinas de Aveiro, verdadero museo al aire libre, son hoy en día visitables y en ellas se organizan variedad de actividades (click).

    Luz y color navegando por los canales de Aveiro

    3. La pintoresca estampa de Costa Nova: playas y palheiros

    Otro plan imprescindible, rayando el mainstream por lo que tiene de instagrameable, es la escapada a Costa Nova, una pequeña localidad costera del distrito de Aveiro, a escasos 10 kilómetros de ésta. El principal reclamo de este lugar son los palheiros, esas coloridas construcciones a rayas, alineadas junto al mar. Antiguamente eran propiedad de los pescadores de la zona, que las utilizaban para guardar sus aparejos. Hoy en día, Costa Nova es principalmente un destino de ocio, marcado por extensas playas y locales de restauración. Patrimonialmente hablando no es un destino de máximo interés, pero sí un buen plan para pasear y relajarse; en mi caso, una manera de hacer un break descansando de visitas a museos y monumentos.

    Descanso en Costa Nova

    4. Patrimonio religioso y un importante museo

    Aunque podríamos mencionar otras construcciones interesantes dentro del patrimonio religioso de Aveiro –las capilla del Senhor das Barocas y de San Gonzalinho, la Sé Catedral, la iglesia de la Misericordia, etc.–, el monumento más sobresaliente es el antiguo Convento de Jesús, hoy sede del Museu de Aveiro. La visita a esta institución permite conocer todo el conjunto histórico.

    El Convento de Jesús fue fundado en el siglo XV, y en él se retiró poco tiempo después la gran santa portuguesa, Santa Joana, hija del rey Alfonso V. De esta época se conserva hoy en día el claustro, y, por antigüedad, también conviene destacar la presencia de espacios de estilo manuelino y renacentista. En la iglesia sobresalen los retablos dorados, de finales del siglo XVI. Impresionante es el sepulcro barroco de Santa Joana, realizado en mármol a finales del siglo XVII.

    Tras las políticas de exclaustración del siglo XIX, el valioso patrimonio de las comunidades religiosas fue salvado gracias a la creación de instituciones como el Museo de Aveiro, fundado en 1911. Articulado alrededor del claustro, valiéndose de los antiguos espacios conventuales, en este museo podemos disfrutar de una variada colección de Arte, a base de pinturas, esculturas, azulejos u orfebrería, organizada cronológicamente de la Baja Edad Media al siglo XIX. La vida de la santa portuguesa está muy presente en todo el itinerario, pues es protagonista de un buen número de piezas, contemporáneas a su figura pero también posteriores, las cuales se hacen eco de los acontecimientos más importantes de su vida.

    Un recorrido por el Museo de Aveiro

    5. La cerámica de Vistalegre, orgullo portugués

    Dentro del distrito de Aveiro, en el vecino municipio de Ílhavo, nos encontramos con un interesante destino patrimonial: el enorme conjunto de Vista Alegre, reconocida marca de cerámica portuguesa fundada en el siglo XIX por José Ferreira Pinto Basto, figura sobresaliente en una sociedad que se empezaba a empapar de las ideas liberales. Acercarse hasta Vista Alegre supone conocer de cerca todos los detalles sobre este importante foco industrial y artístico, orgullo del país.

    El trayecto entre la parada del autobús y el acceso al Museo ya da buena cuenta del poder de este proyecto. Verás las diferentes tipologías de viviendas construídas para los trabajadores de la planta, el antiguo teatro y otros espacios destinados al ocio del personal, una impresionante tienda donde adquirir sus productos, un outlet adicional, y, por último, la capilla de Nossa Senhora da Pena de Francia –del siglo XVII, enmarcada hoy en día dentro del conjunto fabril, con valioso retablo, azulejería y escultura funeraria–. En definitiva, un microcosmos con mucho poder de evocación, alimentado por la soledad que reinaba allí el día de mi visita.

    La entrada al museo permite visitar la capilla, conocer el aspecto de un horno industrial, recorrer el inmenso espacio expositivo que narra la historia de la empresa gracias a más de 30.000 piezas y observar en directo el minucioso trabajo de sus artistas y aprendices –eso sí, en silencio y sin posibilidad de fotografiarles–.

    Una jornada visitando el enorme conjunto de Vista Alegre

    Y siempre hay más…

    Y para terminar no podía faltar una última referencia al postre típico de la ciudad, tan ofertado en las pastelerías del centro: los ovos moles, dulce a base de yemas de huevo y azúcar. Degustarlos durante un descanso o llevárselos de recuerdo también es un imprescindible en Aveiro.

    De postre, ovos moles, dulce tradicional en Aveiro

    También me llevo de recuerdo la última luz de la tarde y el anocecher en Aveiro…

    Paseando al anochecer

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