Pintores modernos cuando nadie era moderno: El Greco y Goya como precursores de la modernidad actual

Texto: María Berini Pita da Veiga

La Historia del Arte es una disciplina que establece categorías a posteriori (“este cuadro pertenece al manierismo”), es decir, en la mayoría de ocasiones clasifica las obras mucho tiempo después de que sus autores las hayan pintado, y todo ello bajo unos criterios escogidos (características técnicas comunes, intenciones del artista, etc.), de manera que no es posible establecer verdades absolutas.

Pero yo hoy lanzo una pregunta, o más bien, una cadena de preguntas. Impresionismo, postimpresionismo, expresionismo, fauvismo, surrealismo, cubismo… son decenas los “ismos” que desde finales del siglo XIX configuraron el panorama pictórico occidental, lo que consideramos modernidad, vanguardia, ruptura, arte nuevo. La cuestión es: ¿surge de la nada? ¿Es fruto de una inspiración momentánea del artista o está éste influenciado por algún pintor moderno anterior? ¿Quién fue el primer moderno? Y es más, ¿a qué le llamamos ser moderno?

ANUNCIACION GRECO

«La anunciación»
El Greco

Son muchos los interrogantes que se pueden formular alrededor de esta cuestión y tan variadas o más las respuestas que un experto daría sobre el tema. Para mí es difícil fijar qué es la modernidad, puesto que dependiendo del momento modernidad podría ser incluso la vuelta a lo clásico, y si no pensemos en los siglos XV y XVI con el Renacimiento, cuando la novedad se basó en volver a la tradición grecorromana surgida más de mil años atrás. Por eso modernidad no es sinónimo de ruptura y novedad, pero sí creo que lo que en la actualidad entendemos por modernidad va de la mano de esos dos vocablos.

Si, por tanto, tomamos como modernidad la ruptura y la novedad, dos grandes figuras de la historia de la pintura fueron los primeros modernos, los precursores de la modernidad. El primero de ellos, durante el siglo XVI y a principios del XVII, un genio llamado Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco. Podríamos decir que El Greco fue un moderno (tal y como entendemos hoy que es serlo) en pleno siglo XVI. Pero la Historia del Arte no tiene dudas a la hora de establecer que el origen de la pintura contemporánea, la verdadera revolución en esta disciplina, nace con un artista español, Francisco de Goya, a finales del siglo XVIII y sobre todo durante el siglo XIX.

El aquelarre

«El aquelarre»
Francisco de Goya

Tanto El Greco como Goya se movieron en el panorama artístico de sus respectivas épocas con un modo de pintar que nada tenía que ver con el de sus contemporáneos. Fueron distintos, pero tan distintos, que lo suyo no era particularidad, sino excepción. Todos los pintores son particulares, porque cualquier artista relevante tiene un sello propio que lo distingue de los demás, pero no todos son excepcionales en un contexto. Y las diferencias de estos dos artistas mayúsculos marcaron un antes y un después en la pintura, influyendo en multitud de pintores futuros, todos ellos de movimientos y épocas diferentes. De ahí que El Greco y Goya, y no otros, sean los primeros modernos, y deban estudiarse como tal, analizando y disfrutando de sus obras con esa perspectiva crítica, la de entender sus cuadros en un contexto, comprendiendo lo que supusieron tanto en ese tiempo como en el futuro.

Greco Laocoonte

«Laocoonte»
El Greco

Doménikos Theotokópoulos, El Greco: un moderno del siglo XVI

Nacido en la isla de Creta, la vida de El Greco es verdaderamente interesante. El pintor cretense llega a España después de vivir algún tiempo en Italia, y será en nuestro país donde desarrolle la mayor parte de su carrera profesional.

El Greco aspiraba a ser pintor de la corte, el puesto más codiciado para cualquier artista de la época. Trabajar para el rey y su familia era el mayor éxito laboral que podía tener un profesional de las bellas artes. Pero a Felipe II no le gustaron sus obras, por lo que El Greco se instala en Toledo, donde recibirá decenas de encargos, quedando vinculado a la ciudad manchega de por vida. Incluso hoy en día, pensar en El Greco es hacerlo en Toledo.

A pesar de que El Greco es un pintor clasificado dentro del Renacimiento, sabemos que la última etapa de este estilo, el Manierismo, poco tiene que ver con el clasicismo italiano del Quattrocentro y del Cinquecento, y menos aún con pintores del Renacimiento español como Juan de Juanes o Alonso Sánchez Coello. Es difícil encontrar una definición unánime de Manierismo, pero lo cierto es que el artista que se enmarca dentro de este estilo actúa de manera más personal y caprichosa en su obra de arte, escapa de los cánones clásicos, anticipando el movimiento y la expresividad del barroco. Pero, aún dentro de la propia particularidad que supone el Manierismo dentro del Renacimiento, El Greco aporta todavía más singularidad individual.

El Greco, llegada a su etapa de madurez artística, es color, es luz irreal, es dejar de lado la composición y el dibujo, es alargar las formas, las siluetas, caer en lo sinuoso, lo fantástico. Nadie había pintado así hasta el momento, nadie había arriesgado tanto.

El Greco fue un moderno tal y como lo entendemos en la actualidad, un maestro de la pintura, pero paradojas de la historia, el éxito y la consideración de la que goza hoy en día es relativamente reciente. Durante varios siglos tras su muerte, El Greco fue un artista olvidado, despreciado por su poca preocupación por el dibujo, que no era digno de estudio. Así, hasta que en el siglo XIX vuelve el interés por el artista cretense, se compran sus obras, se copian su estilo, se busca inspiración en él y se promueven estudios sobre su figura, incluso la proyección de museos dedicados a él en particular.

La influencia que El Greco ejerció a partir del siglo XIX en los pintores que hoy consideramos modernos es innegable. En el año 2014, el Museo del Prado organizó una exposición que precisamente trataba esta cuestión, exposición que tenía por título “El Greco y la pintura moderna”.

Veamos algunos ejemplos de cómo este artista influyó en otros pintores como Zuloaga, Cezanne, Picasso o Equipo Crónica. ¡Entre algunos cuadros han pasado más de 300 años!

Caballero mano en el pechocezanne paul alexandreJUAN MARCH 04
Arriba: «El caballero de la mano en el pecho» El Greco
Medio: «Paul Alexander» Paul Cézanne
Abajo: Detalle de obra de Equipo Crónica

Greco dama armiñocezanne dama armiño

Arriba: «La dama del armiño» ¿El Greco?
Abajo: «La dama del armiño» Paul Cézanne


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Arriba: «En entierro del señor de Orgaz» El Greco
Abajo: «El funeral de Casagemas» Pablo Ruiz Picasso

El hijo El GrecoPicasso greco

Arriba: «Retrato de Jorge Manuel Theotocópuli» El Greco
Abajo: «Retrato del pintor» Pablo Ruiz Picasso

El Greco caballero ancianopicasso retrato de un desconocido al estilo el greco

Arriba: «Caballero anciano» El Greco
Abajo: «Retrato de un desconocido al estilo El Greco» Pablo Ruiz Picasso

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Arriba: «Plano y vista de Toledo» El Greco
Abajo: «Vista de Toledo»  Ignacio Zuloaga

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Arriba: «Retrato del cardenal Fernando Niño de Guevara» El Greco
Abajo: «El cardenal»  Ignacio Zuloaga

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Arriba: «Vista de Toledo» El Greco
Abajo: Parte de «Maurice Barrès con Toledo al fondo» Ignacio Zuloaga

Francisco de Goya y Lucientes: el primer contemporáneo

De nuevo es necesario aproximarse a la vida del pintor para entender la verdadera ruptura que supuso su obra. Francisco de Goya nace en España en el siglo XVIII, en la época de la Ilustración y el Neoclásico. Una época marcada por el optimismo, el relativo orden social, la alegría de vivir, etc. A nivel pictórico, el canon clásico reina en las Artes, dirigidas por una de las varias academias que nacen en esta época, fruto de las ideas ilustradas para regular el conocimiento en diferentes disciplinas. Pensar en pintura neoclásica es hacerlo en Jacques-Louise David o en el español José de Madrazo. Obras que recrean escenas del pasado romano, prestando gran atención al dibujo y a la proporción, no tanto al color. En este contexto alegre, marcado por lo clásico pero en el que incluso resiste todavía cierto aire del último barroco, comienza Goya su carrera profesional. Ejemplo claro de sus primeras obras son los famosos Cartones para tapices, fiel reflejo de la España borbónica.

David NeoclásicoMadrazo Neoclásico

Pintura neoclásica. 
Arriba: «El juramento de los horacios»  Jacques-Louise David
Abajo: «La muerte de Viriato» José de Madrazo

QuitasolLa merienda a orillas del ManzanaresGallina ciega

Primera etapa de Goya. Matices del último barroco e influencia neoclásica
«El quitasol», «La gallina ciega» y «La merienda a orillas del Mazanares»

Pero Goya también vivirá la época de grandes cambios en España. De la alegría ilustrada, nuestro país pasará a la misera y al enfrentamiento. La Guerra de la Independencia y la lucha del absolutismo contra el liberalismo cambia radicalmente el panorama social y político español. Estos sucesos, unidos a sus problemas físicos, cambiarán totalmente el modo de pintar de Goya. El dibujo se vuelve rápido, el color adquiere mayor importancia, varía las técnicas y la superficies sobre las que pinta y, especialmente, innova con una gran variedad de temas, algunos de ellos oscuros, imaginativos, críticos, rompedores. Goya se convierte en el primer pintor contemporáneo, en el paradigma de la modernidad, influyendo en la mayoría de los “ismos” del siglo XIX y XX.

Dos viejos comiendo sopaGrabados 2Grabados

«Dos viejos comiendo sopa» y ejemplos de grabados. Francisco de Goya

SaturnoGrito Munch

Arriba: «Saturno devorando a su hijo» Francisco de Goya
Abajo: «El grito» Edvard Munch

3 de mayoManet

Arriba: «El tres de mayo» Francisco de Goya
Abajo: «La ejecución de Maximiliano» Édouard Manet

El Museo del Prado y la ciudad de Toledo son los mejores destinos para conocer la obra de estos dos genios modernos. Pero en otros muchos puntos del territorio nacional se puede disfrutar de sus obras, repartidas en diferentes museos. Por ejemplo, los grabados de Goya (“Los Caprichos”, “Disparates”, etc.) se exhiben en mi ciudad, en A Coruña, en su Museo de Belas Artes, y debería ser parada fundamental para cualquier amante del arte (click). Y para leer sobre este tema, el Museo del Prado editó un catálogo sobre la citada exposición “El Greco y la pintura moderna” (click).

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