Salamanca, la ciudad dorada: recorridos imprescindibles y motivos que la hacen única

Textos y fotografías: María Berini Pita da Veiga

Creo que ya he mencionado alguna vez en este blog lo mucho que amo Salamanca y los buenos recuerdos que me trae ese lugar. Si ya en condiciones normales valoraría en extremo la ciudad por su valor histórico, artístico y cultural, lo hago todavía en mayor medida al recordar lo que supuso para mí la ciudad del Tormes.

En el año 2010, yo, estudiante de Derecho por aquel entonces, deseosa de nuevos aires y de vivir la vida universitaria en un lugar auténtico, decido participar en un programa de intercambio durante un año, traslandándome a vivir a Salamanca. Un casco histórico de ensueño, un escenario que es pretexto para ahondar en el estudio de la Historia y del Arte, gentes procedentes de todos los lugares del planeta y amistades heterogéneas, entre otros aspectos, hicieron que esta experiencia fuese una de las mejores de mi vida, la cual cambió drásticamente mi forma de pensar, mis inquietudes e intereses, así como mi manera de afrontar las vicisitudes de la vida. Desde este blog, al lector que accidentalmente caiga en él y me lea, si su idea es realizar una estancia en Salamanca le digo sin dudarlo: ¡hazlo!

Pero el motivo de esta entrada no es lógicamente comentar mi experiencia personal, sino poner de relieve el valor incalculable de Salamanca, siempre desde la óptica que comparto en este blog: Historia, Arte, Patrimonio. La ciudad dorada, que debe este apodo al brillo de la piedra arenisca de Villamayor, es un goce para los sentidos.

PANORAMICA

Vista de Salamanca desde la Catedral Nueva

SALAMANCA, VALOR INCALCULABLE DESDE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA

Resumiendo mucho, si tuviésemos que sintetizar qué es Salamanca, yo lo haría del siguiente modo. Salamanca es una ciudad repoblada durante la Edad Media, época en la que nace su Universidad, la más antigua de Europa, pero que alcanza su mayor esplendor durante el Renacimiento, en la primera mitad de la Edad Moderna. La manifestación de este esplendor moderno es doble: por un lado, a nivel cultural e intelectual, gracias a la Escuela de Salamanca y su contribución al marco teórico del Nuevo Mundo, germen del Derecho Internacional, una auténtica revolución intelectual; y, por otro lado, a nivel artístico, siendo Salamanca el mejor destino para disfrutar del estilo plateresco, manifestación genuina del renacimiento español, así como del más famoso barroco, gracias a la estirpe de los Churriguera, con figuras tan importantes dentro de esta corriente que existe un estilo, el churrigueresco, que le debe su nombre.

Pero Salamanca es importante también desde un punto de vista histórico, y es que no podemos olvidar que en ella encontró Cristóbal Colón el apoyo que necesitaba para presentar su proyecto de viaje a las Indias. Y el primer tercio del siglo XX, tan convulso y beligerante, nos deja en Salamanca episodios siempre relacionados con la Universidad, protagonizados por su rector, Miguel de Unamuno, con sus idas y venidas.

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Escultura homenaje a Miguel de Unamuno

Finalmente no se puede dejar a un lado la Literatura si sobre Salamanca escribimos. A lo largo de sus calles encontraremos referencias a obras maestras de nuestra lengua. El río Tormes, que baña la ciudad, evoca la figura del Lazarillo. El Huerto de Calixto y Melibea, romántico escenario en el que recordar “La Celestina”, es parada indispensable. Por otro lado, un genio llamado Miguel de Cervantes ambientó en Salamanca algunos de sus escritos, como el entremés “La Cueva de Salamanca”, haciéndose eco de la leyenda, o la novela ejemplar “El Licenciado Vidriera”. En pleno romanticismo, José de Espronceda con su obra “El estudiante de Salamanca” convierte de nuevo a la ciudad en escenario literario. Y también forman parte de su memoria escritores más recientes, como el mencionado Miguel de Unamuno, rector de su universidad y residente durante muchos años en Salamanca, o Gonzalo Torrente Ballester, homenajeado con una escultura en el interior del Café Novelty, donde solía conversar con otros tertulianos.

Se mire por donde se mire, Salamanca es única y cualquiera que visite nuestro país debería acercarse a conocerla.

ITINERARIOS INDISPENSABLES POR LA CIUDAD: HISTORIA Y ARTE.

Es momento ahora de hacer un breve repaso por los lugares imprescindibles de la ciudad. Utilizo, como casi siempre, el hilo conductor del tiempo, distinguiendo las diferentes etapas histórico-artísticas para poder entender correctamente la evolución de la ciudad.

Salamanca, repoblación durante la Edad Media

En el siglo VIII los musulmanes invaden la Península, haciéndose con el poder de muchas de sus poblaciones, pero fomentando el abandono de otras muchas. Es el caso de Salamanca, cuyos núcleos de población permanecieron abandonados hasta que en el siglo XI y XII comienza la repoblación, y, con ella, la construcción de nuevos edificios.

De la Salamanca medieval podemos encontrar vestigios de diversa índole. Podemos apreciar lo que fueron sus viejas murallas en la Torre del Marqués de Villena y la Cerca Vieja, visita gratuita situada en el mismo lugar que la Cueva de Salamanca. Desde la torre se pueden disfrutar de unas bonitas vistas panorámicas, y en los restos de la muralla se observa la evolución constructiva, en diferentes pisos y tipos de piedra.

MURALLA

Antiguas murallas de la ciudad; visibles las etapas constructivas

De época medieval es igualmente la Catedral Vieja. Porque sí, aunque desde el exterior no se aprecie a simple vista, Salamanca cuenta con dos catederales unidas. La Catedral Vieja fue construída en estilo tardorrománico; podemos observar como diferentes capiteles, con representaciones típicas de este estilo, se fusionan con las nuevas tendencias artísticas, como por ejemplo, los arcos apuntados. En el interior podemos ver también pinturas murales y sepulcros del siglo XIV, así como el precioso retablo mayor (siglo XV) y una talla de la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad (siglo XII). También merecen atención algunas capillas como la que cobija el sepulcro de Diego de Anaya, un personaje muy importante en época medieval. Pero sin duda, el elemento más conocido de este templo es la cúpula gallonada, semejante al de la Catedral de Zamora y la Colegiata de Toro.

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Catedral Vieja de Salamanca

Por lo que respecta a la Catedral Nueva, si bien desde el exterior son evidentes los rasgos góticos, realmente fue construida en el siglo XVI, mezclando el estilo medieval con las nuevas tendencias renacentistas, e incorporando posteriormente importantes elementos barrocos. Se trata de una catedral de amplias dimensiones, en la que participaron constructores de tanto renombre como Juan de Álava y los Gil de Hontañón, mientras que las reformas barrocas corrieron a cargo de los Churriguera, destacando el impresionante cimborrio y la sillería del coro. La catedral ofrece el mayor espectáculo cuando levantamos la vista desde el crucero.

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Catedral Nueva de Salamanca

La visita a ambas catedrales se realiza de manera conjunta pagando el precio de la entrada, pero desde mi punto de vista no es suficiente. Para mí es imprenscindible completarla con Ieronimus, la exposición que permite subir a las torres de la catedral y así poder disfrutar de unas maravillosas vistas y, sobre todo, poder observar de cerca la torre gallonada. Como colofón final, lo ideal sería terminar con un recorrido por todo el perímetro de las catedrales, pues esconde rincones tan bellos como el Patio Chico, en el que además se aprecia fácilmente la convivencia de ambas catedrales con sus diferentes estilos.

Cambiando de asunto, es en la Edad Media cuando se funda el Estudio en la ciudad, durante los primeros años del siglo XIII, ganando poco tiempo después el reconocimiento oficial como Universidad de Salamanca, siendo la primera en Europa que recibió esta consideración. Las clases se impartieron en diferentes escenarios hasta la construcción del famoso edificio de Escuelas Mayores, del que hablaré más tarde por ser renacentista.

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Casa de las Conchas

La ciudad ofrece también otros edificios fechados en el último siglo de la Edad Media, construidos en estilo gótico. Es el caso de las Torres del Clavero, del Aire y de los Anaya (siglo XV) y de la famosa Casa de las Conchas, que debe su nombre a la curiosa decoración de la fachada, a base de conchas y bonitos ventanales y escudos, para algunos manifestación ya plateresca. El interior de este edificio cumple hoy la función de biblioteca, y vale la pena entrar en él para disfrutar del precioso patio.

Finalmente, merece una visita la ribera del Tormes, para conocer el llamado Puente Romano, el más antiguo de la ciudad. Desde este lugar se puede disfrutar de una de las estampas más bonitas de Salamanca, a escasos metros del centro histórico, con la catedral de fondo.

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Puente romano de Salamanca

Salamanca, la ciudad del renacimiento

Se conoce como plateresco al estilo artístico surgido en España durante los últimos años de la Edad Media y extendido durante el primer siglo de la Edad Moderna. Existe discusión académica sobre si se trata de una última manifestación del gótico, una corriente diferenciada de éste o un protorrenacimiento. En general se entiende que el plateresco es un estilo propio del renacimiento, que debe su nombre a la similitud de sus decoraciones pétreas con del trabajo de los orfebres, minucioso y al detalle. Desde mi punto de vista se trata de un estilo bellísimo, por incorporar elementos variados, del gótico flamígero, del futuro renacimiento y del arte mudéjar e islámico.

El plateresco alcanza su mayor calidad artística en Salamanca, la ciudad que mayor cantidad de edificios construidos bajo este estilo nos ofrece, siendo algunos de ellos probablemente los más conocidos.

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Edificio de Escuelas Mayores

Encabeza la lista de obras maestras de la arquitectura plateresca el edificio de Escuelas Mayores, situado en el Patio de Escuelas. Más que famosa es su fachada y la búsqueda de la rana. En ella aparecen representadas sus católicas majestades, Isabel y Fernando, ocupando un lugar privilegiado, junto a otros símbolos, escudos y personajes. Pagando la entrada se puede visitar el interior de este edificio, sede de la Universidad desde su construcción en el siglo XV, tras varias centurias con sedes itinerantes, como ya explicaba antes. A través de un sencillo patio de dos pisos, cubierto con bonitos techos artesonados, se reparten las diferentes aulas y dependencias históricas. Tres son los puntos más destacados de la visita: la antigua biblioteca barroca, que custodia importantes ejemplares y manuscritos desde la fundación medieval; la majestuosa escalera renacentista, y el aula llamada Fray Luis de León, en honor al célebre escritor y profesor, que conserva el mobiliario del siglo XVI. Una auténtica joya en la que imaginar por un momento que se retrocede varios siglos en el tiempo, escuchando la lección magistral del religoso. En el centro del Patio de Escuelas, mirando a la fachada principal, una escultura nos recuerda la figura de esta destacada figura del renacimiento.

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Aula Fray Luis de León, Patio de Escuelas y Biblioteca histórica

En todos los muros que conforman el Patio de Escuelas podemos ver restos de los vítores, con su característico tono rojizo, inscripciones que realizaban las personas que conseguían doctorarse. Finalmente, completa el conjunto el Patio de Escuelas Menores, que como su propio nombre indica, formaba parte de la institución en la que se cursaban estudios de menor rango. Se trata de un patio igualmente renacentista. En una de sus estancias se puede visitar El Cielo de Salamanca, aunque éste no era su emplazamiento original, pues fue realizado para cubrir la bóveda de la biblioteca histórica. Hablamos de unas pinturas murales que representan motivos astrológicos y astronómicos (siglo XV), estampa típica de la ciudad salmantina, a pesar de que no se conserva la totalidad del mural.

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El cielo de Salamanca

Otra de las joyas que nos ofrece la ciudad dorada es el Convento de San Esteban. Hablamos de una joya en mayúsculas, y no sólo por su valor artístico, sino más bien por su relevancia histórica. El edificio actual data del siglo XVI, y durante su visita podemos recorrer el claustro y la iglesia, entre otras dependencias. Destaca en el recorrido la escalera renacentista de Gil de Hontañón, y, si por algo es famoso, por su impresionante retablo barroco, obra de José Benito de Churriguera, ejemplo clásico del estilo churrigueresco, cargado de ornamentación alrededor de sus doradas columnas salomónicas. Observar la fachada del templo y, en el interior, las naves y las cubiertas de éstas, es un motivo de disfrute para cualquier amante del Arte. Pero señalaba antes que el Convento de San Esteban es especialmente relevante a nivel histórico. Sus monjes dominicos recibieron a un Cristóbal Colón ansioso por darle publicidad a su proyecto y recabar apoyos. Además, entre sus muros vivió una importantísima figura de la Escuela de Salamanca: Francisco de Vitoria. Sus aportaciones intelectuales fueron revolucionarias en los tiempos de la conquista de América, germen del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos. La propia corona castellana consultó y encargó informes para dilucidar la naturaleza de los indios. Los pensadores salmantinos llegaron a la conclusión de que eran hombres, y por tanto libres, de ahí que el imperio español se autolimitara y utilizase fórmulas de gobierno como el virreinato.

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Convento de San Esteban

Frente al convento de San Esteban se levantó el llamado Convento de las Dueñas, destinado a monjas dominicas. Imprescindible es visitar su claustro, otra joya del plateresco español. Articulado a través de dos plantas, destaca la decoración del superior, con infinitas representaciones humanas y zoomorfas que semejan formar sucesiones de arcos.

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Convento de las Dueñas con la Catedral de fondo y detalle de capitel

La ciudad de Salamanca nos ofrece todavía más patrimonio plateresco. Propiedad del Ducado de Alba es el majestuoso Palacio de Monterrey, un gran edificio civil construido bajo este estilo. Renacentista es igualmente el Palacio de la Salina, sede hoy de la Diputación, obra de Gil de Hontañón e inspirado en las construcciones renacentistas italianas. Sobresale su patio, con curiosos capiteles y ménsulas, cuyo origen se ha especulado mucho y ha dado lugar a diferentes leyendas. Por otro lado, de los cuatro colegios destinados a albergar a quienes estudiaban en la universidad tan sólo se conserva intacto el Colegio del Arzobispo Fonseca, plateresco, donde destaca la capilla y el claustro. Podemos encontrar más patrimonio renacentista en la ciudad, visitando por ejemplo el Convento de las Úrsulas, en el que sobresale el sepulcro de Alonso de Fonseca obra de Diego de Siloé.

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Exterior del Palacio de Monterrey y patio del Palacio de la Salina

Salamanca barroca

El legado de los Churriguera no se limita al impresionante retablo del convento de San Esteban y a sus aportaciones a la Catedral Nueva. Obra de Alberto Churriguera es la archiconocida Plaza Mayor, uno de los espacios públicos más vivos y populares de España. Formando un cuadrilátero irregular, sus armoniosos edificios exhiben medallones en alusión a diferentes personajes destacados en la historia de la ciudad y de nuestro país.

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Plaza Mayor de Salamanca

Tardaba ya en hablar de La Clerecía, el único conjunto arquitectónico capaz de hacerle sombra a la catedral en tamaño y majestuosidad, y que está levantado en el punto más alto de la ciudad, frente a la Casa de las Conchas. En la actualidad es sede de la Universidad Pontificia, institución privada. En sus orígenes fue la sede de la Compañía de Jesús en la ciudad. Construido en estilo barroco, lo más llamativo del enorme conjunto es la iglesia, la fachada principal y el patio de estudios. La visita ofrece la posibilidad de subir a sus torres (Scala coeli), que ofrecen las mejores vistas de la ciudad, tanto en horario diurno como nocturno.

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Conjunto de la Clerecía visto desde la Catedral

Para completar nuestro itinerario de imprescindibles barrocos debemos visitar la iglesia de la Purísima, en cuyo retablo mayor se exhibe la famosísima Inmaculada Concepción del pintor barroco José de Ribera, una obra de grandes dimensiones que sin duda impacta al visitante si, como yo, conocía la imagen por haberla visto antes en los libros.

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Cuadro de Ribera en la iglesia de la Purísima

Otros lugares destacados

No podía dejar de hablar de dos lugares importantes si hablamos de patrimonio en Salamanca. No es ésta ciudad de edificios neoclásicos, salvo el Palacio de Anaya, hoy sede de la facultad de filología. Y muy importante, no se puede dejar de visitar el Museo Casa Lis de Art Nouveau y Art Decó. La casa Lis fue el arriesgado capricho de un empresario salmantino, que sobre las antiguas murallas medievales construyó un palacete modernista, de hermosas vidrieras, hierro forjado y demás elementos típicos de este estilo. En la actualidad está abierta al visitante como museo. No existe en España una institución que ofrezca tal cantidad de criselefantinas, abanicos, frascos, mobiliario o muñecas de estilo Art Nouveau y Art Decó, de artistas como René Lalique. Cuenta además con un precioso café y una tienda.

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Palacio de Anaya y Casa Lis

SALAMANCA, CIUDAD LITERARIA

Mencionaba en la introducción que Salamanca es un escenario ideal para evocar diferentes joyas de la Literatura española.

En recuerdo de la novela picaresca “La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades”, junto al río se levantó una escultura, que hoy nos permite evocar las andanzas del particular personaje.

«Pues sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro (…). Mi nacimiento fue dentro del río Tormes (…).(…) Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra (…). »

Anónimo. La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades

Uno de los rinconces con más encanto de Salamanca es, sin lugar a dudas, el Huerto de Calixto y Melibea, que debe su nombre a los famosos personajes de La Celestina, obra de Fernando de Rojas. El escenario es puro romanticismo, de ahí que sea fácil imaginar a los enamorados paseando bajo la atenta mirada de la astuta alcahueta.

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Huerto de Calixto y Melibea

Ya comenté en una entrada dedicada a citas y ciudades (click), como de la pluma de Miguel de Cervantes salió una de las frases más célebres sobre Salamanca. Pero el escritor alcalaíno recogió en uno de sus entremeses , titulado “La Cueva de Salamanca”, una de las leyendas más famosas de la ciudad. La Cueva de Salamanca es una pequeña cripta de una iglesia hoy desaparecida, la de San Cebrián, famosa por la leyenda: dicen que allí el mismo diablo impartía clases de ciencias oscuras, y así lo recogía Miguel de Cervantes en su obra.

«PANCRACIO. Entremos; que quiero averiguar si los diablos comen o no, con otras cien mil cosas que dellos cuentan; y, por Dios, que no han de salir de mi casa hasta que me dejen enseñado en la ciencia y ciencias que se enseñan en La Cueva de Salamanca.»

Miguel de Cervantes. La cueva de Salamanca

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Cueva de Salamanca

Saltamos en el tiempo hasta llegar al siglo XIX. José de Espronceda, una de las figuras más importantes del romanticismo, ambientó en Salamanca su obra “El estudiante de Salamanca”, poema que nos deja versos tan bonitos como estos.

«(…) la famosa Salamanca,

insigne en armas y letras,

patria de ilustres varones,

noble archivo de las ciencias.»

José de Espronceda. El estudiante de Salamanca

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Terminando el siglo XIX y ya entrados en el XX, no podemos dejar de hablar de Miguel de Unamuno, rector de la universidad en dos períodos diferentes y residente en la Salamanca que el bautizó como ciudad dorada. Residió en la casa rectoral, edificio barroco anexo al de las Escuelas Mayores, y en la casa del Regidor Ovalle, igualmente barroco, donde murió. La casa rectoral es hoy un pequeño museo en su honor, donde se exhiben diferentes pertenencias y manuscritos del escritor bilbaíno. En el exterior de la casa de los Ovalle una placa en su honor sirve de recuerdo, al igual que la escultura que mira hacia ella.

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Casa Museo de Unamuno y escultura en su honor

«Del corazón en las honduras guardo tu alma robusta, cuando yo me muera, guarda, dorada Salamanca mía, tú mi recuerdo.»

Miguel de Unamuno

Y a mí sólo me queda darle las gracias por todo lo que me dio, durante aquel año y en cada una de mis visitas, porque es una ciudad a la que siempre vuelvo. Estaba en lo cierto Cervantes cuando escribió aquellas líneas para el Licenciado Vidriera…

Placa

2 comentarios sobre “Salamanca, la ciudad dorada: recorridos imprescindibles y motivos que la hacen única

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