Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
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Continúo la serie dedicada a mujeres destacadas de este país, tras publicar una entrada sobre la pedagoga María de Maeztu. Esta vez mi protagonista es extremadamente cercana: coruñesa y con residencia en la Ciudad Vieja. Se trata de la gran escritora Emilia Pardo Bazán. Recientemente he terminado de leer su obra “Los Pazos de Ulloa” (1883), así que no encuentro mejor momento que éste para dedicarle una entrada.
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Detalle de la escultura de Pardo Bazán en los jardines de Méndez Núñez de A Coruña
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EMILIA PARDO BAZAN: razones para reivindicar su figura
En los últimos tiempos son muchos los que al hablar de Pardo Bazán comienzan con una crítica. ¿Por qué una mujer tan brillante, prolífica y activa no está lo suficientemente reconocida? Sea cual sea la causa, profundicemos en la figura de esta importante escritora y veamos por qué es necesario reivindicarla.
La condesa Emilia Pardo Bazán nació en A Coruña en el año 1852. Fruto de su acomodada posición social recibió una buena educación y pudo desarrollar ampliamente sus inquietudes culturales e intelectuales. Pongamos un ejemplo: viajó por toda Europa y se codeó con escritores y artistas de la talla de E. Zola, Victor Hugo, B. Pérez Galdós o J. Sorolla. Cultivó todos los géneros y estilos: novela, cuentos, libros de viajes, artículos… Creó la Sociedad del Folklore Gallego y la Biblioteca de la Mujer, fue Consejero de Instrucción Pública y miembro del Ateneo, llegando a ser incluso a ocupar el puesto de Catedrático de Literatura en la Universidad Central de Madrid. Casi nada. Pero sin embargo, hoy en día sigue ocupando unas escasas líneas en los libros, principalmente como precursora de la corriente naturalista en España, en obras como la famosa mencionada “Los Pazos de Ulloa” (1883) o “La madre naturaleza” (1886).
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Escultura homenaje a Pardo Bazán en los jardines de Méndez Núñez de A Coruña
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De vez en cuando, la figura de Pardo Bazán sale a la palestra por algo más que por haber sido introductora del Naturalismo. Lo hace por su alto compromiso con la libertad y la formación de la mujer, reivindicada como figura feminista. Un dato me remueve especialmente el corazón: su conciencia feminista despertó a muy temprana edad, gracias a su padre, quien siempre impulsó sus inclinaciones en defensa de la mujer. Este sentimiento surge en mí al recordar a mi padre y todas las enseñanzas e ideas que me ha transmitido en ese sentido.
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«Mi inolvidable padre, desde que yo puedo recordar cómo pensaba (antes de que yo pudiese asentir con plena convicción a su pensamiento), profesó siempre en estas cuestiones un criterio muy análogo al de Stuart Mill, y al leer las páginas de La esclavitud femenina, a veces me hieren con dolorosa alegría reminiscencias de razonamientos oídos en la primera juventud, que se trocaron en diálogos cuando comenzó para mí la madurez del juicio (…)Y repito que así le oí opinar desde mis años más tiernos, de suerte que no acertaría a decir si mi convicción propia fue fruto de aquélla, o si al concretarse naturalmente la mía, la conformidad vino a corroborar y extender los principios que ya ambos llevábamos en la médula del cerebro.»
Prólogo de Pardo Bazán en “La esclavitud femenina” de Mill.
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Pardo Bazán, retrato de Joaquín Vaamonde (Museo Belas Artes A Coruña)
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Consciente de las barreras a las que hacer frente como mujer, éstas nunca le amedrentaron, participando activamente en todos los círculos intelectuales y dedicando tiempo incansable a su formación. Veamos un ejemplo de su crítica feroz a determinados sectores de la sociedad y el papel de la mujer:
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« […] Primero, que tengan carrera los hermanos varones y puedan «hoy o mañana» servirlas de amparo; segundo, no carecer de cuatro trapitos con que presentarse en público de manera decorosa, a ver si parece el ave fénix, el marido que ha de resolver la situación […] La modesta familia mesocrática escatima los garbanzos del puchero a trueque de que las niñas se presenten en paseos, teatros y reuniones bien emperejiladas con todos los aparejos convenientes para la pesca conyugal.»
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En ese sentido comparto con Pardo Bazán un pensamiento demoledor: “la liberación de la mujer sólo podría conseguirse a través de una sólida y completa educación”. Traslado esta idea al pleno siglo XXI, lo que significaría aceptar que la mujer sólo será libre cuando tenga inquietudes y amplia cultura, dejando de lado la frivolidad de preocuparse exclusivamente por la imagen y por encontrar una buena pareja que la entretenga y le de caché. ¿Está esto superado? Ciertamente no, aunque parezca lo contrario, y sino sólo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor…
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Pardo Bazán retratada por Joaquín Vaamonde (Museo Belas Artes A Coruña)
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Pardo Bazán no solamente defendió la igualdad entre hombres y mujeres y la necesidad de que estas últimas se instruyesen. Condenó abiertamente la doble vara de medir para hombres y mujeres en cuanto a moralidad se refiere. Separada de facto de su marido, vivió libre e independiente muchos años de su vida. En su lista de amantes se incluye al escritor Benito Pérez Galdós. La correspondencia entre ambos recoge fragmentos desde corteses hasta fogosos, recopilados en una obra publicada hace algunos años.
A Pardo Bazán se le achaca, sin embargo, su ideología conservadora y el no utilizar la lengua gallega en sus obras. No debería ser esto motivo suficiente para oponerse a su figura. En primer lugar, porque no podemos olvidar su posición social y las influencia que dicha circunstancia tiene siempre en cualquier persona. Y, en segundo lugar, porque el feminismo no debe ser patrimonio exclusivo de una ideología concreta. En la entrada dedicada a María de Maeztu insistí también en este punto. Y de nuevo afirmo lo mismo: me gusta reivindicar figuras femeninas que han aportado mucho a nuestro país sin pertenecer a lo que hoy llamaríamos de izquierdas.
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Placa conmemorativa en la Calle Tabernas, junto a la Casa-Museo
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Emilia Pardo Bazán: sus huellas en A Coruña
En la que fuera su casa familiar, situada en la calle Tabernas de la Ciudad Vieja de A Coruña, encontramos hoy la Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán, compartiendo espacio con la sede de la Real Academia Galega. Estamos ante un pequeño museo (ocupa tan sólo una planta) donde no sólo podemos aproximarnos a la vida y obra de Pardo Bazán a través de sus paneles informativos, sino que también podemos observar mobiliario de la época, objetos personales y diferentes cuadros. Muy recomendable. Desde allí, si decidimos dar un paseo por los Jardines de Méndez Núñez, podremos ver la preciosa escultura que en ese espacio homenajea a la escritora, rodeada de árboles y formando una escena realmente romántica.
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Casa-museo Emilia Pardo Bazán en la Ciudad Vieja de A Coruña
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Otro punto de A Coruña y comarca nos recuerda a la genial escritora. Es el hoy llamado Pazo de Meirás, antaño propiedad y residencia ocasional de la condesa, bajo el nombre de las “Torres de Meirás”. Se trata de un conjunto situado a algunos kilómetros de A Coruña, formado por un edificio de estilo romántico y sus terrenos adyacentes. No es fácil visitarlo, pues pertenece a los herederos del General Francisco Franco, y el régimen de visitas obligatorio al tener consideración de bien cultural está generando más de un conflicto.
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La escritora retratada por el genial Joaquín Sorolla (Hispanic Society, Nueva York)
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Y si nos situamos ahora en un plano puramente literario, no podemos dejar de mencionar la antigua Fábrica de tabacos, recientemente remodelada para albergar varias sedes judiciales, escenario de su novela La Tribuna (1887).
Si alguien se ha quedado con ganas de más no es problema. Tiene aún toda la obra de la escritora coruñesa, amplísima, que seguro no le decepcionará…
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Bibliografía:
PAREDES NÚÑEZ, J. S. (1992). El feminismo de Emilia Pardo Bazán. Cuaderno de estudios gallegos 40 (105), pp. 303-313
QUEIZÁN, M.X., coord.(1989). Exemplar dedicado a Emilia Pardo Bazán. Festa da palabra silenciada (6)