Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
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Durante mis últimas Navidades en Estella (Navarra) visité el Museo dedicado al pintor vasco Gustavo de Maeztu, visita que detallé en esta entrada del blog (click). Allí pude disfrutar de un maravilloso retrato titulado ‘Mi hermana María’ que el pintor dedicó, como el propio nombre de la obra indica, a su hermana María de Maeztu.
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«Mi hermana María» de Gustavo de Maeztu
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Llevaba tiempo queriendo leer e investigar un poco sobre esta pedagoga, escritora y feminista, pero siempre dejaba el asunto pendiente. Tras ver el cuadro, retomé mi propósito y me centré en ello. La obra, maravillosa, retrata a María como lo que fue, una mujer decidida y con personalidad, que manifiesta inquietudes y piensa por si misma. Los que me conocen saben que desde muy pequeña sostengo la opinión de que toda mujer debería tener inquietudes y cultura amplia, aficiones de todo tipo y, sobre todo, libertad de pensamiento y personalidad. Esto que parece tan obvio no lo es tanto si observamos la realidad a nuestro alrededor, cuando todavía una mayoría de mujeres sigue centrando sus esfuerzos en cuestiones banales y superficiales, dejando, además, su felicidad en manos de encontrar una buena pareja, lo que no deja de ser una manifestación de dependencia. Pero eso es otro asunto…
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Plaza mayor de Vitoria-Gasteiz
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María de Maeztu Withney nació en Vitoria en 1881. Su primer contacto con la enseñanza fue gracias a su madre, la cual había fundado en Bilbao una academia. Pronto gana su oposición como maestra, aplicando en su ejercicio nuevos métodos de enseñanza, como las clases al aire libre. Instalada en Bilbao, contactó enseguida con círculos intelectuales. Sus intereses por aquel entonces apuntaban ya hacia la defensa de la mujer y la enseñanza, incluida la de las clases más desfavorecidas.
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Detalle del cuadro «Mi hermana María»
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Licenciada en Filosofía y Letras después de un amplio período de formación, aunque sin abandonar su labor docente, se vincula en Madrid a la Residencia de Señoritas, una reconocida institución por la que pasaron decenas de mujeres ampliando su formación y nivel cultural. Así comenzó el importante legado que María de Maeztu nos dejó en lo referente a la educación de las mujeres. Después llegarían diferentes cargos, conferencias, viajes, etc. en una incesante actividad por la causa. El Lyceum Club fue otro de sus grandes logros, una nueva institución en favor de la formación femenina, en la cual ocupó el cargo de presidente, acompañada de primera abogada de España, Victoria Kent, vicepresidenta en el Lyceum. Muy cercana fue su relación con importantes pensadores del país como Ortega y Gasset.
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Plano ampliado de «Mi hermana María»
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Señalaba que María de Maeztu dedicó gran parte de su vida a impartir conferencias. Estrechísima fue su relación con hispanoamérica en este sentido: viajes y largas estancias tras el charco hasta su traslado de residencia definitivo a América Latina después de la Guerra Civil.
Pero no nos confundamos: a pesar de su pensamiento tan avanzado y su gran activismo, María de Maeztu se sitúa en las antípodas del comunismo, del republicanismo radical y del feminismo delirante. Es por ello que admiro tanto su figura, pues no deja de representar algo en lo que siempre he creído: que se puede ser una persona culta, brillante, revolucionaria y transgresora sin aproximarse un pelo a la izquierda. María de Maeztu nunca cayó en la radicalidad política y no por ello podemos decir que su aportación al cambio fue menor.
María de Maeztu murió en Argentina en 1941. En el país austral llevaba instalada unos años desde que abandonara España en 1936. A nuestro país regresó en alguna ocasión, aunque no cumplió el sueño de morir en su tierra natal. A su llegada a España los restos de María fueron recibidos con honores por las autoridades españolas, reconocedoras de su gran valía y legado. Finalmente fueron enterrados en el panteón familiar de Estella (Navarra).
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Estella (Navarra)
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En el actual panorama tendencioso, conviene destacar que nada fue lo mismo para la familia Maeztu desde el estallido de la Guerra Civil. Ramiro de Maeztu, reconocido escritor y pensador, fue asesinado por el bando republicano, hecho del que su familia nunca se recuperó. Igualmente, la contienda alejó a María de nuestro país prácticamente para siempre.
Cuánto me alegro de haber investigado sobre esta mujer. Todo un descubrimiento y un modelo. En mi próximo viaje a Estella tengo por seguro que volveré a ver su retrato…
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Bibliografía:
GARCÍA DE TUÑÓN AZA, J.M. (2011). Trabajo y vida de María de Maeztu. El Catoblepas (111) [En línea]
LASTAGARAY ROSALES, M. J. (2015). María de Maeztu Whitney. Una vida entre la pedagogía y el feminismo. Madrid: La Ergastula
MEILÁN, E.M. (2015). En la frontera: señas de identidad de la labor pedagógica hispano-americanista en María de Maeztu (1924-1936). Historia de la educación: revista interuniversitaria (34), pp. 287-303
MEILÁN, E. M. (2007). María de Maeztu Withney y Sofía Novoa Ortiz (1919-1936), cultivar la salud, cultivar el espíritu, cultivar la lealtad. Circunstancia: revista de Ciencias Sociales del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset (14)
TORRES, G. y TAVERA GARCÍA, S. (2007). María de Maeztu y los debates sobre la presencia pública de las mujeres en España. Arenal: revista de Historia de mujeres vol. 14 (2), pp. 395-417.
Estas investigaciones son una gozada, sobretodo para mujeres jóvenes y feministas liberales y moderadas com tú (al menos eso es lo que creo que manifiestas en tu texto).
Enhorabuena.
Saludos.
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¡Muchísimas gracias Eduardo! 🙂
Efectivamente, estando de acuerdo con la causa, mi pensamiento discurre por el camino de la moderación. No estoy muy conforme con el camino que está tomando el feminismo últimamente. Me gusta reivindicar las figuras de Emilia Pardo Bazán y María de Maeztu precisamente porque para mí representan un feminismo moderado y de éxito.
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