Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
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Más de 90 millones de personas han visitado el Museo D’Orsay desde que éste abriera sus puertas en 1986. Sobre él hablé en la entrada “París express, un viaje sui generis” (click) pero su aniversario, su importancia y, sobre todo, lo muchísimo que me gusta su temática han hecho que vuelva a escribir sobre él, esta vez como único protagonista en una entrada específica.
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París desde la Basílica del Sagrado Corazón. Enero 2016
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Exterior del Museo D’Orsay
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El Museo D’Orsay se encuentra situado frente al jardín de las Tuileries, muy próximo al archiconocido Museo del Louvre, en una zona privilegiada de la capital francesa, parada obligada para todo el que visite la ciudad. Ensombrecido por la grandeza del Louvre, es un museo apasionante si te gusta la pintura y el Arte del siglo XIX y XX. Si el impresionismo está entre tus estilos favoritos, el Museo D’Orsay es la pinacoteca que debes visitar antes de morirme. Yo formo parte de este grupo, y por eso durante mi viaje a París (tal y como cuento en la entrada antes mencionada) preferí visitar el Museo D’Orsay antes que el Louvre.
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Museo del Louvre visto desde el interior del Museo D’Orsay
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El Museo D’Orsay celebra su 30 aniversario. En 1986 se inaugura después de años de obras de acondicionamiento, pues ocupa el edificio de una antigua estación de ferrocarril, construida en 1900 . Su colección de obras bebe del Museo del Louvre (que cedió la obra de artistas nacidos con posterioridad a 1820), del museo impresionista Jeu de Paume y de algunas obras del museo nacional de Arte Moderno (que al trasladarse al centro Pompidou se centró en artistas más contemporáneos). Por lo tanto, los grandes museos parisinos (Louvre + Orsay + Pompidou) se pueden entender como una secuencia cronológica que cubren todas las épocas de la Historia del Arte.
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Interior del Museo D’Orsay
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Las obras pertenecen a distintas disciplinas, entre las que destacan la pintura, la escultura y las artes decorativas, lo que supone toda una novedad frente a otros museos.
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Salas dedicadas a artes decorativas
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En la colección del Museo D’Orsay podemos disfrutar de variedad de estilos como el realismo, romanticismo, impresionismo, post impresionismo, simbolismo, etc.
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Detalles de las pinceladas de Van Gogh, Monet y Manet, entre otros
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Como ocurre en todos los grandes museos, el Museo D’Orsay presenta una colección permanente y organiza diversas exposiciones temporales. También dispone de librería, tienda y cuenta con otros servicios. No es un museo difícil de visitar, pero presenta varias alturas y es fácil dejar obras sin ver, por lo que la mejor manera de visitarlo, aunque suene obvio, es con mucha calma.
A medida que vamos subiendo niveles nos encontramos con los platos fuertes del museo, las obras más famosas de Manet, Monet, Cezanne, Gauguin o Van Gogh. También se le dedica una pequeña terraza al escultor Rodin, aunque las mejores obras de éste se pueden ver en otro museo, el Museo Rodin, cerca de Les Invalides.
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Entrada a una de las salas del museo
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Un visitante cruzando la mirada con el autorretrato de Van Gogh
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Visitantes observan y fotografian obras de Renoir
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Algunas de las obras más famosas del arte de los siglos XIX y XX que yo deseaba ver desde niña se encuentran en el Museo D’Orsay. Es el caso de:
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Las espigadoras de Millet
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– Las espigadoras, de Jean François Millet (Des glaneuses)
– Almuerzo sobre la hierba, de Edouard Manet (Le Déjeuner sur l’Herbe)
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Almuerzo sobre la hierba, de Manet
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– Arearea, de Paul Gauguin
– Los jugadores de naipes, de Paul Cézanne (Les Joueurs de cartes)
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Plano ampliado de los jugadores de cartas de Cézanne
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– La clase de danza, de Edgar Degas (La Classe de danse)
– El origen del mundo, de Gustave Courbet (L’Origine du monde)
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El origen del mundo de Courbet
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– La noche estrellada, de Vincent Van Gogh (La nuit étoilée)
– Berthe Morisot con ramillete violeta, de Edouard Manet (Berthe Morisot au bouquet de violettes)
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Retrato de la pintora Morisot realizado por Manet
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– Baile en el moulin de la Galette, de Pierre-Auguste Renoir (Bal au moulin de la Galette)
– Amapolas, de Claude Monet (Coquelicots)
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Firma de Monet en una de sus obras
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Un sueño cumplido hace poco menos de un año. ¡Volvería a visitarlo encantada! Pero ahora toca felicitar al museo por su cumpleaños. Joyeux anniversaire!
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Pantalla de despedida en la salida del museo
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