3 grandes motivos para visitar Navarra

Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga

Reconocí en su momento, cuando escribí la primera entrada sobre Navarra en este blog (click), que durante muchos años la Comunidad Foral fue una total desconocida para mí. La causa no era otra que la ignorancia propia de la adolescencia. Hoy, después de unos años de contacto constante con un navarro, digo siempre que Navarra es una de las grandes desconocidas de España, al igual que Aragón o Extremadura, ejemplos todos de comunidades con un maravilloso patrimonio que bien merece ser valorado.

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Murallas de Pamplona

Es difícil señalar cuáles son los motivos que pueden llevar a una persona a visitar Navarra, pues todo dependerá de sus gustos. Pero creo que lo que el antiguo Reyno nos ofrece se puede resumir en: naturaleza, historia y patrimonio. Sé que otros elementos como la gastronomía o la cultura y la tradición son ahora reclamos turísticos; pero no los trataré específicamente, bien por estar implícitos en los temas sobre los que hablo, bien porque se escapan del enfoque de mi blog.

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El río Ega a su paso por Estella

1) Navarra, naturaleza

En la parte más septentrional de la Península Ibérica, separada de Francia por los Pirineos, que sirven de frontera natural, se encuentra la Comunidad Foral de Navarra. En ella se distinguen tres zonas bien diferenciadas: la Zona Pirenaica o de Montaña (Norte), la Zona Media (Centro) y la Zona de la Ribera (Sur). Entre la zona norte y la zona sur existen grandes diferencias determinadas por el relieve y por el clima: el norte es húmedo y montañoso, mientras que el sur es árido y llano.

Navarra es sinónimo de naturaleza y aquellos que busquen lugares donde ésta sea la protagonista no encontrarán un destino mejor que el antiguo Reyno. Valles, embalses, nacimientos de ríos, desiertos, bosques, montañas… cualquier palabra clave que se introduzca da como resultado Navarra. He aquí tres ejemplos (¡qué difícil escoger entre tantas opciones!) de la singularidad de la Comunidad Foral, motivos suficientes para visitarla al menos una vez en la vida.

Las cuevas. La Cueva de Zugarramurdi es un ejemplo de cueva de origen cárstico que se puede visitar en la zona pirenaica. Allí se llevaban a cabo, según la tradición, actos de brujería durante los años más activos de la Inquisición. A estas leyendas históricas se les dedica un museo, el Museo de las Brujas.

Los bosques. La Selva de Irati es el segundo hayedo más extenso de Europa, tan sólo superado por la Selva Negra de Alemania.

Los Parques naturales. Por un lado, en la zona de la ribera, sobresale el Parque natural de las Bardenas Reales, un increíble paisaje semidesértico, Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Por otro lado, en el noroeste, encontramos por ejemplo el Parque natural Urbasa-Andia, un precioso conjunto de prados y hayedos en las sierras de mismo nombre.

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Vista de los Pirineos desde Ujué, a 800 metros de altitud

2) Navarra, Historia

La Historia de Navarra es desconocida para el gran público. No deja de ser una lástima, pues es realmente interesante y, sin duda, otro de los motivos para acercarse a conocer esta región.

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Iglesia octogonal de Eunate

Durante la Edad Antigua, Navarra fue el hogar de los vascones, uno de los pueblos que habitaron la Península Ibérica antes de la llegada del Imperio Romano, y que ya utilizaban el euskera como lengua. El Euskera es una de las pocas lenguas de origen no indoeuropeo que todavía sobreviven. En tiempos de la Hispania Romana, el territorio que hoy es la Comunidad Foral pertenecía a la provincia de Tarraconense, y así lo prueban vestigios encontrados en diferentes puntos, incluida la capital, Pamplona. Sobre el período visigodo existe más confusión y es motivo de controversia entre los historiadores. Lo que sí consta es que en el siglo VIII Navarra cae ante la invasión musulmana, aunque los hechos más significativos de este período vienen de la mano del emperador Carlomagno y su imperio carolingio. En la famosa Batalla de Roncesvalles, las tropas francas comandadas por Roldán caen frente a los vascones. Varios siglos después (siglo XI), la Chanson de Roland, el cantar de gesta más antiguo en lengua romance de Europa, narra románticamente este episodio. Además, un capitel del Palacio de lo Reyes de Navarra, en Estella, representa la leyenda que narra la lucha de Roldán contra el gigante Ferragut.

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Palacio de los Reyes de Navarra en Estella

Sin embargo, es la Edad Media la etapa donde Navarra alcanza su máximo esplendor. El primitivo reino que surge es el Reino de Pamplona. Se puede decir que nace como tal en el siglo IX, consolidado después de las luchas de los vascones contra francos y musulmanes. Dos siglos después, en el siglo XI, adquiere su máxima extensión durante el reinado de Sancho ‘El Mayor’ (Sancho Garcés III). En estos momentos al reino se le conoce también como Reino de Nájera-Pamplona. Un tiempo después, en el siglo XII, Sancho VI es el primer monarca que ya se denomina rey de Navarra y no de Pamplona.

La contribución del reino navarro a la Reconquista fue un hecho desde sus orígenes y durante siglos posteriores. El gran ejemplo, en el siglo XIII, con Sancho ‘El Fuerte’ (Sancho VII). El Reino de Navarra participa en la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, en un ejército formado por todos los reinos cristianos de la península que se enfrenta a las tropas musulmanas. Las cadenas del escudo actual de la Comunidad Foral (presente también en el de España) responden a una anécdota durante esa batalla. La versión más romántica dice que el rey partió con su espada unas cadenas en un momento decisivo de la contienda. Fragmentos de esa cadena se conservan en la actualidad en Tudela, Roncesvalles y Pamplona.

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Escudo de Navarra y escudo de España

El Reino de Navarra fue independiente hasta 1512, cuando las tropas de Fernando ‘El Católico’ lo conquistan. A partir de este momento se anexiona a Castilla y hasta el siglo XIX mantiene su status de reino y algunos de sus privilegios, aunque sometido a la corona y bajo el mando de un virrey. Del reino medieval se desliga, sin embargo, la llamada Baja Navarra, al norte de los Pirineos, en territorio francés.

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Monasterio de Irache

La Historia vuelve a colocar a Navarra en la palestra en el siglo XIX. Es el siglo de las Guerras Carlistas, que cuentan con gran apoyo en estas tierras. De hecho, la ciudad de Estella fue la corte del pretendiente Carlos. Por otro lado, a mediados de la centuria, Navarra se convierte en provincia, perdiendo la categoría de reino después de tantos siglos. Se hace por medio de una Ley de modificación de fueros, aunque su régimen económico y administrativo seguiría siendo especial.

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Puente Picudo de Estella

3) Navarra, patrimonio

Consecuencia de una Historia tan rica y variada es el patrimonio que allí se conserva, otro motivo más para visitar la Comunidad Foral. Navarra no cuenta con monumentos Patrimonio de la Humanidad a la altura de la Alhambra de Granada o del casco histórico de Santiago de Compostela. Sin embargo, los monumentos medievales nacidos al calor del Camino de Santiago (éste sí, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) son en su conjunto de un valor incalculable.

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Puente románico en Puente la Reina

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Castillo-palacio de Olite

Distinguiendo por zonas, en la Zona de Montaña son visitas imprescindibles Roncesvalles (la gran primera etapa del Camino en la Península Ibérica) o Pamplona. En la Zona media, Puente la Reina o Estella atesoran iglesias, puentes, palacios y otros edificios románicos espectaculares. También se podría incluir en este conjunto el palacio de Olite (probablemente el monumento navarro más conocido por los españoles), la singular villa de Ujué o el cerco medieval de Artajona. En la Zona de la ribera, la catedral de Tuleda es uno de los monumentos que merecen ser visitados. No podemos olvidar tampoco la parte este de la Comunidad Foral, con el Castillo de Javier (fortaleza medieval a donde se peregrina durante la ‘Javierada’ en honor al patrón de la Comunidad Foral) y el monasterio de Leyre como puntos más destacados. Y es que Navarra es también tierra de monasterios. El primer cenobio cisterciense de España se fundó en el siglo XII en Fitero. A él se suman otros como Iranzu, La Oliva, Tulebras o Irache.

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Cerco medieval en Artajona

Una buena visita al patrimonio navarro ha de hacerse siempre de la mano de la Historia. Así, por ejemplo, Carlos ‘El Noble’ (Carlos III) fue un gran impulsor de las artes, y prueba de ello es el castillo nuevo de Olite, mandado construir durante su reinado. Este monarca está enterrado en el impresionante sepulcro gótico que hoy ocupa la nave central de la Catedral de Pamplona.

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Sepulcro de Carlos III ‘El Noble’ en la Catedral de Pamplona

Termino la entrada sin haber hecho mención a los sanfermines. Y es que pienso que es una lástima que Navarra sea conocida tan sólo por esas fiestas…

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