Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
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Los que me conocen lo saben: Toledo es mi debilidad. Creo que jamás experimenté la sensación de disfrutar y descansar tanto como en la ciudad de las tres culturas (y eso que en casi todas las épocas del año suele estar abarrotada de turistas). Puedo volver una y otra vez, que nunca me canso de ella.
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Catedral entre tejados. Toledo
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Hace más de 15 años, estudiando yo Educación Primaria, mi libro de Coñecemento do Medio me plantó en mis narices «El entierro del Señor de Orgaz». Me llamó la atención de tal manera que desde entonces estoy obsesionada con el Greco y con la ciudad de Toledo. Siempre tuve claro que tenía que ir sí o sí a esa ciudad. El año pasado (junio 2015), por fin, pude ir por primera vez. No hizo falta que pasase ni un año para volver, pues hace un mes nos volvimos a ver las caras. No puedo remediarlo: si estoy cerca (en Madrid, por ejemplo) ¡tengo que ir a Toledo!
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Toledo: arte, literatura e historia a orillas del Tajo
Toledo es una ciudad situada junto al Tajo, sobre una colina a 100 metros del nivel del río, lo que le hace que tenga esa fisonomía tan particular, llena de cuestas y pequeñas callejuelas.
Que nadie lleve a engaño. Toledo no se conoce ni en 1 día, ni en 2 ni en 3. Tampoco se puede ir sin leer nada previamente. Son tantas las muestras de Arte e Historia que ofrece que hay que visitarla con mucha calma y con muchísimas ganas de aprender y conocer, habiendo previamente planificado la visita.
La literatura. En Toledo nacieron desde el rey-escritor Alfonso X el Sabio hasta el poeta del Siglo de Oro Garcilaso de la Vega. En ella ambientaron Becquer y Galdós algunas de sus obras. Y, cómo no, La Mancha, es escenario de las aventuras del Don Quijote de Cervantes. La ciudad albergó también la famosa Escuela de Traductores de Toledo, una importante institución en la Edad Media dedicada al conocimiento.
El Arte. Toledo, la ciudad de las tres culturas, ofrece al visitante muestras de Arte de todo tipo. Joyas del gótico isabelino como San Juan de los Reyes, mezquitas del siglo X como la del Cristo de la Luz, Sinagogas del siglo XIV como la del Tránsito, y toda una ruta por la ciudad del Greco, genio de la pintura manierista. Y todo esto no son más que un par de pinceladas de ejemplo…
La Historia. Toledo nos invita a recordar algunos episodios de la Historia como el reinado de los visigodos (la ciudad fue capital del reino), la reconquista (Alfonso VI de León devolvió la ciudad a manos cristianas en el siglo XI), el reinado de los Reyes Católicos (San Juan de los Reyes fue un homenaje a la victoria frente a los portugueses en Toro, pensado como futuro panteón de los monarcas) y el de Carlos V emperador (Toledo fue la sede de su corte imperial), o, acercándonos más a la historia reciente, la Guerra Civil (con el Alcázar como escenario de diferentes asedios). Toledo ha sido hogar de visigodos, judíos, musulmanes y cristianos. ¡Casi nada!
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Monumento a Carlos V en la Puerta Bisagra
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Es imposible que en esta entrada pueda recoger todo lo que Toledo ofrece. Pero sí puedo hacer un resumen de las, a mi juicio, rutas imprescindibles por la ciudad, agrupadas por cercanía. Son rutas que he creado yo después de visitarla en varias ocasiones.
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Ruta 1. De la Plaza de Zocodover al Puente de Alcántara
Zocodover es la plaza más viva de toda la ciudad, siempre abarrotada de gente. En la fiesta del Corpus, la más famosa de Toledo, los balcones de los edificios se decoran con telas bordadas.
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Balcones decorados para la fiesta del Corpus. Plaza de Zocodover
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En Zocodover empieza uno de mis paseos favoritos por la ciudad. Al atravesar el Arco de la Sangre, presidido por una estatua de Cervantes, se llega al Museo de Santa Cruz, parada imprescindible no sólo por las obras que allí se exponen si no también por el valor arquitectónico del edificio. La fachada plateresca y la escalera renacentista son algunos de los elementos que más destacan. El Museo organiza exposiciones temporales, y, entre sus colecciones permanentes, pueden verse importantes obras de pintura, de cerámica, etc.
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Estatua de Cervantes junto al Arco de la Sangre
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Fachada plateresca del Museo de Santa Cruz
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Escalera renacentista en el Museo de Santa Cruz
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Bajando hacia el río, pasado el Convento de las Concepcionistas, se llega hasta las inmediaciones del Puente de Alcántara, uno de mis rincones favoritos de Toledo. Se trata del primer puente que atravesó el Tajo. Sufrió multitud de reformas y reedificaciones. Desde la llevada a cabo por Alfonso X el Sabio, se fueron añadiendo elementos de diferentes estilos. El Castillo de San Servando (siglo XIV), muy próximo al puente, ayudaba en su defensa.
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Puente de Alcántara
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Ruta 2. De la mezquita del Cristo de la Luz al Hospital de Tavera
La mezquita del Cristo de la Luz (siglo X) es uno de los monumentos más importantes. Cuenta la leyenda que el rey Alfonso VI, al entrar en la ciudad tras conquistarla, pasó por delante de la mezquita. En ese momento su caballo se detuvo, arrodillándose y negándose a continuar. Al entrar en templo en busca de una explicación, encontraron un crucifijo que había permanecido escondido varios siglos, del que salía una luz cegadora.
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Mezquita del Cristo de la Luz
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Continuando el paseo dirección Puerta Bisagra, se pueden ver restos de la muralla y sus puertas, como la Puerta del Sol, y una interesante iglesia mudéjar, la de Santiago del Arrabal.
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Puerta del Sol
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Iglesia de Santiago del Arrabal en la bajada hacia la Puerta Bisagra
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Finalmente llegamos hasta la Puerta Bisagra. Lo que hoy vemos es una remodelación del siglo XVI de la antigua puerta musulmana. Tiene una parte exterior (de cubos semicirculares) y otra interior (con dos torres cuadradas), con un patio de armas en el medio. En él se puede ver un monumento a Carlos V y una leyenda recordando las palabras que Cervantes dedicó a la ciudad.
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Puerta Bisagra. Exterior
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Puerta Bisagra. Interior
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Patio de Armas de la Puerta Bisagra
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La última parada en esta ruta es el Hospital de Tavera, construido entre los siglos XVI y XVII como hogar de caridad para enfermos y desvalidos. Destacan en él la fachada, los patios gemelos en el interior, el sepulcro del cardenal Tavera de Berruguete y varias obras de famosos pintores como el Greco o Ribera.
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Hospital de Tavera
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Ruta 3. La Catedral y el Alcázar
Probablemente la Catedral y el Alcázar sean los monumentos más famosos de Toledo.
La Catedral de Santa María o Catedral Primada, de estilo gótico, se empezó a construir en el año 1226 y se terminó casi 300 años después. En su exterior destaca por la altura la torre de las Campanas y varias de las puertas en sus diferentes fachadas. Visita obligada en el interior es la sacristía, donde se puede ver el famoso cuadro «El Expolio» del Greco. Dentro de sus muros llama la atención también el transparente, impresionante retablo barroco, el coro, uno de los mejores de España, varias capillas y el claustro.
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Exterior de la Catedral
El Expolio del Greco. Sacristía de la Catedral de Toledo
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En la misma plaza de la Catedral se encuentra el Ayuntamiento, de estilo herreriano.
En el punto más alto de la ciudad se sitúa el Alcázar. Allí se levantaron desde un pretorio romano hasta una alcazaba islámica. En el siglo XVI Carlos V mandó construir un palacio. Dos siglos más tarde, el Alcázar fue víctima de las llamas durante la Guerra de Sucesión. Después de ser restaurado, vuelve a ser destruido por las tropas napoleónicas en el siglo XIX. Tras una nueva restauración, se convirtió en sede de la Academia de Infantería. Volvió a ser víctima de un incendio durante el mismo siglo y fue destruido por enésima vez durante la Guerra Civil. Lo que vemos en la actualidad es una nueva reconstrucción. Alberga ahora el Museo del Ejército y en él pueden verse también restos arqueológicos de la época romana.
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Alcázar de Toledo
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Ruta 4. La judería
La judería de Toledo es otra de mis rutas favoritas. Comienza en la Iglesia de El Salvador, donde puede verse una importante pilastra visigoda.
Continúa el paseo hasta la Iglesia de Santo Tomé, donde se exhibe «El entierro del señor de Orgaz» del Greco. Ver el cuadro en directo sobrecoge. Sin duda se trata de una parada obligada. El edificio que vemos en la actualidad es fruto de la remodelación que en el siglo XIV encargó Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz. Dos siglos después pinta El Greco el famoso cuadro con el noble como protagonista.
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Iglesia de Santo Tomé
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Precisamente en esta zona se puede visitar la Casa y Museo del Greco. Situado en una vivienda típica del siglo XVI, no fue la casa real del pintor, sino que en ella se construyó a principios del siglo XX un museo en su honor. En él se pueden ver varias obras del Greco , como un Apostolado completo.
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Casa y Museo del Greco
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La Sinagoga del Tránsito (siglo XIV) y la Sinagoga de Santa María la Blanca (siglo XIII) son dos de las joyas de Toledo. La primera destaca por la decoración de yesería y el artesonado mudéjar del techo dentro de la sala de oración; en la segunda llaman la atención las cinco naves separadas por arcadas de herradura.
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Sinagogas de Santa María la Blanca y del Tránsito
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Ruta 5. De San Juan de los Reyes al Puente de San Martín
San Juan de los Reyes es un monasterio construido por deseo de los Reyes Católicos, con una doble intención: la primera, rendir homenaje a la victoria alcanzada en la batalla de Toro frente a los portugueses (que apoyaban las pretensiones al trono de la Beltraneja), y la segunda, convertirse en el futuro panteón de los reyes a su muerte (aunque finalmente quisieron ser enterrados en Granada). Es un edificio gótico, del que destaca la iglesia, el claustro y, colgados en uno de los muros exteriores, los grilletes con los que supuestamente los musulmanes sujetaban a los presos cristianos en Granada.
Junto al monasterio, una buena tienda de cerámica permite comprar piezas de artesanía.
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Cadenas en los muros de San Juan de los Reyes
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San Juan de los Reyes desde las inmediaciones del puente de San Martín
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Bajando desde el monasterio se llega fácilmente al Puente de San Martín, del siglo XIV y de gran longitud, desde el que se puede disfrutar de unas buenas vistas del Tajo. Es frecuente ver en él personas atravesándolo en tirolina.
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Puente de San Martín
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Ruta 6. De la Iglesia de San Ildefonso al convento de Santo Domingo el Antiguo
Este paseo comienza en la iglesia de San Ildefonso, una buena muestra del barroco jesuítico. Se puede subir a las torres y disfrutar desde ellas de una buenísima panorámica de Toledo.
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Vistas de la ciudad desde las torres de San Ildefonso
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Otra parada imprescindible es la iglesia de San Román, hoy sede del Museo de los concilios y la cultura visigoda. No sólo es una maravilla por los tesoros que se pueden ver en él, sino también por el edificio en si mismo, mudéjar, del siglo XIII. Del exterior llama la atención la torre y la mampostería. En el interior se pueden ver elementos visigodos y mozárabes, así como pinturas murales del siglo XIII.
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Iglesia de San Román, sede del Museo visigodo
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Una última parada sería el Convento de Santo Domingo el Antiguo, existente desde el siglo XII, pero cuyo edificio actual data del siglo XVI. De este convento recibió el Greco sus primeros encargos para la ciudad. De hecho, en un pequeño museo en el interior se pueden ver esos primeros contratos firmados por el pintor. Dentro de la iglesia se conservan también algunos cuadros originales.
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Convento de Santo Domingo el Antiguo
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This was great too read
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