
Texto y fotografías: María Berini Pita da Veiga
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Hacía bastantes años que no me acercaba a Ourense capital. Tantos, que prácticamente no recordaba nada. En febrero de este 2016 tuve que viajar allí para examinarme, por lo que aproveché la ocasión para dar un paseo y volver a descubrir la ciudad. Tuve la suerte de tener una anfitriona excepcional (¡muchas gracias Carlota!) por lo que pasé un día estupendo.
Ourense es, como muchos otros lugares de los que hablo en el blog, bastante desconocida para la mayoría de las personas. Sin embargo, en ella encontré lugares muy interesantes.
La ciudad de As Burgas es la cuna del escritor e intelectual Ramón Otero Pedrayo, al cual menciono en muchas ocasiones gracias a su sensacional Guía de Galicia (1926) editada por Galaxia. –
Guía de Galicia de Otero Pedrayo. 1926. Editada por Galaxia
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Monumento a Otero Pedrayo na Praza do Correxidor. Ourense
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Al ser un viaje express por obligación, sólo pude hacer una visita un poco superficial, en comparación con como me gusta a mí viajar y conocer. De ella me quedo con lo siguiente:
Catedral de San Martiño y Pórtico del Paraíso
La Catedral de Ourense se suele clasificar como de estilo románico de transición. Está un poco arrinconada entre los edificios de su alrededor aunque, sin embargo, el entorno guarda cierta armonía y para mí tiene bastante encanto. Lo que más me llamó la atención fue sin duda el Pórtico del Paraíso, del siglo XIII, inspirado en el de la Catedral de Santiago de Compostela, aunque a diferencia de este último, el de Ourense mantiene la policromía.
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Pórtico del Paraíso. Catedral de Ourense
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As Burgas y el Ourense Termal
Al parecer, consta que las aguas termales de Ourense se utilizaban ya desde tiempos romanos. En la Rúa das Burgas se encuentra la más antigua y también el conocido monumento del siglo XIX, aunque por toda la provincia se encuentran repartidos manantiales y se puede disfrutar de muchos balnearios. El agua sale a unos casi 70º centígrados y se dice que tiene propiedades medicinales.
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Fuente de As Burgas. Ourense
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Centro histórico y paseo hasta el mirador de San Francisco
Después de dar un paseo por el centro, paramos a comer en algunos bares por las calles más animadas del casco histórico. Me sorprendió, al igual que en Pontevedra, lo bien cuidado que está. A lo largo de él se pueden ver fuentes procedentes de los monasterios de Santo Estevo de Ribas de Sil y de Santa María de Oseira, como en la Praza do Ferro. Ya he comentado varias veces que me encanta el tema monasterios. Continuamos la jornada con un café en la plaza Mayor, donde se sitúa el ayuntamiento.
Praza Maior. Ourense
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Después, mi amiga Carlota me llevó hasta el Convento de San Francisco, de estilo románico-gótico. No disponíamos ya de mucho tiempo, así que dejé para otro día la visita al claustro, al parecer uno de los mejores conservados de Galicia. Desde el Convento se puede disfrutar de una buena panorámica de Ourense, con la Catedral en primer plano.
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Panorámica de Ourense desde el mirador de San Francisco
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El Río Miño a su paso por Ourense. Los puentes
No se puede hablar de Ourense sin hacer mención al Miño, el principal río de Galicia. A su paso por la ciudad termal es atravesado por varios puentes. El más antiguo, A Ponte Vella ou Ponte Romana, es peatonal y si vas en tren, como fue mi caso, tendrás que pasar por él para llegar a la estación. El tráfico circula ahora por el más moderno, A Ponte do Milenio, inaugurado en el año 2001. A mí personalmente no me gusta mucho, pero reconozco que es original.
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El Río Miño desde el Puente romano
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